Si creyese en el destino diría que fue el destino quien quiso que, después de muchos años dando tumbos, y ya más preparado para apreciar su potencia como filosofía sistemática, volviese a toparme con en el Materialismo Filosófico. Pero un materialista filosófico no cree en la predestinación. Dejémoslo entonces en que fue simplemente suerte. Recuerdo perfectamente el momento en que leí la Teoría de la Esencia Genérica de Gustavo Bueno y pensé: esto sería algo muy fértil si algún día pudiese aplicarlo a la magia. Después de mucho tiempo asumiendo que me encontraba solo en la empresa de tratar de aprovechar las bondades que el sistema filosófico de Gustavo Bueno podía ofrecer al momento de analizar los fenómenos relacionados con la magia artística, me topé con el señor Andrés Carmona. Fue como consecuencia de haber publicado los primeros programas en Youtube de “El dedo en la llaga”. A partir de ese momento, me fui dando cuenta de que Andrés no sólo contaba con algunas nociones de Materialismo Filosófico, sino que poseía un dominio del sistema realmente sorprendente y de que tenía, además, amplios conocimientos de la categoría artística del ilusionismo. La sorpresa fue mayúscula al averiguar que, por su cuenta, estaba trabajando en un texto en el que aplicaba a la magia precisamente aquella Teoría de la Esencia Genérica que tan fructífera me había parecido que podría ser para la disciplina ilusionista. Andrés ya había acometido esa empresa y al cabo de un tiempo la terminó. Al ver el resultado me di cuenta, no sólo de que era mucho mejor de lo que yo hubiese aspirado a hacer, sino de que lo había llevado a cabo de una forma que no hubiese imaginado. Además, cuando me pasó el borrador del texto, pude observar que había hecho otros muchos desarrollos desde las coordenadas del Materialismo Filosófico. Por mencionar algunos de los que me parecen especialmente reseñables: el efecto desde la Teoría de la Causalidad de Gustavo Bueno, la idea del gesto mágico en la magia realista como parodia de la magia real, el juego de magia desde la idea de ceremonia, la ética y la moral en la magia desde el Materialismo Filosófico…
Algo
que me llamó la atención del autor de este libro, ya desde el comienzo, es que
realmente adopta una actitud dialéctica honesta. Cuando pide opinión, si
considera que le están dando un argumento poderoso en contra de lo que él
sostiene, no tiene empacho en reincorporarlo reformulando lo que dijo o
escribió, algo infrecuente entre los intelectuales, que suelen ser
impenetrables, ya que muchos de ellos se limitan a trabajar para su público.
De
lo que conozco, creo que este texto es uno de los que poseen un mayor valor
cualitativo de cuantos se han escrito en los últimos años. No pierdas de vista
que lo que tienes en las manos no es un libro de teoría, es un libro de
Filosofía de la magia. Cuando los magos entramos en el terreno de la filosofía,
algo muy frecuente, ya que, en nuestra actividad, es imposible no desbordar los
conceptos que manejamos en nuestro campo categorial y pasamos a usar Ideas
filosóficas, solemos hacer un tipo de filosofía espontánea, no académica
(entendiendo ese academicismo no como sinónimo de filosofía universitaria, sino
como herencia de la filosofía dialéctica de estirpe platónica). Con demasiada
frecuencia, hacemos un tipo de filosofía ecléctica que toma ideas de los
lugares más dispares para después intentar hacerlas encajar como niños furiosos
tratando de ensamblar piezas de diferentes puzles. En este libro encontrarás un
pensamiento riguroso y, además, sistemático, en el que la ontología, la
gnoselogía, la ética, la antropología, la estética… están coordinadas. Además,
podemos cantar otra excelencia del autor, a saber: Andrés es profesor de
filosofía, pero uno de esos profesores que ha cultivado el infrecuente don de
la claridad. El libro está escrito por un profesor que se molesta por hacerse
entender por un público no iniciado en el Materialismo Filosófico, por un
lector no acostumbrado a manejar la particular terminología del sistema y sus
neologismos. Es sorprendente cómo Andrés consigue explicar de manera tan
diáfana ideas pertenecientes al Materialismo Filosófico que son de una gran
complejidad, logrando, además, lo más difícil… esquivar esa forma de explicar
la ideas en la que, por hacerlas más comprensibles, se traiciona el pensamiento
que hay detrás de ellas. Pese a eso, este no es un libro fácil, exige un lector
atento, libre de prejuicios e interesado en lo que el texto tenga para decirle.
Querido lector, algunas partes de este libro te pueden resultar difícilmente
penetrables si no posees conocimientos previos sobre Materialismo Filosófico.
Si eso te sucede, mi recomendación es que no te dejes intimidar por ello,
continúa la lectura hasta el final. Quizás te invada una sensación de que el
texto encierra montones de tesoros escondidos que sólo logras entrever, eso te
estimule a hacer una relectura y todo cobre mucho más sentido. También, puede
serte de utilidad, si hay algún término que se te resiste, consultar por
internet el diccionario de Pelayo García Sierra.
Este
libro sirve también, para cualquier mago, como una introducción maravillosa a
la obra de Gustavo Bueno, ya que, de una manera amable, te presenta muchas de
las ideas fundamentales del Materialismo Filosófico, como pueden ser los tres
ejes del espacio antropológico, las metodologías de las ciencias de la Teoría
del Cierre Categorial, las tres fases de las religiones, los ejes y figuras del
espacio gnoseológico, las diferencias entre ética y moral…
Incorpora
también Andrés en sus análisis sus conocimientos sobre historia de la magia,
sobre la Concepción estructural de Ascanio, sobre las teorías de Tamariz… y
está al tanto del pensamiento teórico y filosófico de la magia considerado como
más vanguardista: las obras de Gabi Pareras y Luis García. Lo que hallarás en
este libro no son pensamientos sueltos ni un recorrido histórico por lo que
diversos autores han pensado sobre la magia artística. Te encontrarás una
verdadera filosofía sistemática ejercitada.
Querido
lector, pese a que este trabajo pueda ser objeto de enmiendas parciales, no es
un trabajo más. Si tenemos en cuenta el estado de desarrollo que presenta la
filosofía de la magia en la actualidad, este libro va muy por delante del tiempo
en que se escribe. Ahora sí, no te robo más tiempo, es momento de que te
adentres en los vericuetos de este trabajo titánico.

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